Ante un equipo que se armó para ascender, San Martín demostró que todavía está dispuesto a dar pelea. En un partido que no le sobró nada, quedó la sensación que los “santos” fueron más que Juventud Antoniana. Los salteños mostraron una absoluta apatía para superar a un rival que en los papeles era inferior, pero que por momentos llegó a superarlo.
Cuando al minuto de juego Joaquín Quinteros elevó su remate por arriba del travesaño, daba la impresión que el local se llevaría por delante al rival. Pero nada de eso ocurrió. Con el correr de los minutos, San Martín le fue tomando el tiempo a su adversario, que sólo llegó a las cercanías de Nicolás Carrizo a través de intentos personales.
A medida que Diego Bucci se adueñaba de la pelota por el sector izquierdo y la dupla Lucas Bossio-César Abregú se hacía fuerte en el centro, el “santo”, sin llegar mucho a los dominios de Mariano Maino, controló las acciones hasta con cierta comodidad. Héctor López se debatía en soledad con los volantes visitantes que se las ingeniaron para bloquear cualquier intentona que hacía el “Arenero” para alimentar a sus delanteros. Sin pena ni gloria se fueron los primeros 45 minutos.
En el complemento, en la mejor jugada colectiva del encuentro, Juventud Antoniana llegó a la apertura del marcador. Nació por izquierda y la terminó Nicolás Aguirre por la derecha, con un violento remate que hizo estéril la acción de Carrizo. Cuando parecía que ese iba a ser el golpe de gracia para los tucumanos, en un córner que Lucas Chacana ejecutó desde la derecha, Juan Pablo Cárdenas, que estaba sobre la marca de Matías Villavicencio, cabeceó la pelota sobre su propia valla y puso el merecido 1-1.
A partir de ese momento, los salteños, con más ganas que ideas futbolísticas, invadieron el área visitante. Sin embargo, San Martín se plantó inteligentemente en el medio y a través de la velocidad de Chacana y Gonzalo Rodríguez tuvo chances de llevarse los tres puntos hacia el “Jardín de la República”. Le faltó punch para conseguir ese objetivo.